Cómo Su Palabra puede cambiar mi vida

«Bienaventurados los perfectos de camino, Los que andan en la ley de Jehová.»

La Palabra de Dios es la luz que necesitamos día a día en el camino de la vida. Es la manera que tiene Dios de hablarnos en tiempos de tristezas, alegrías, victorias, derrotas y preocupaciones.

  • Salmos 119:1-8: Como dice el Salmo, felices los que no divagan entre Dios y los deleites que ofrece el mundo, quienes a pesar de las deslealtades de su débil humanidad se entregan completamente a buscar a Dios con todo el corazón. Felices aquellos que hallan en la Palabra de Dios una guía que acompaña y dirige el camino de la vida.
 
  • Salmos 119:9-16: Cada cristiano es llamado a vivir una vida dedicada a Dios. Ahora bien, ¿cómo es eso posible? ¿Podemos por nuestra propia voluntad vivir de la forma que Dios nos llama a vivir? Esto no es posible. Pero sí podemos disponer nuestro corazón al proceso que Dios operará en él, por medio del deleite en la Palabra de Dios, por la acción del Espíritu Santo. 
  • Salmos 119:17-24: El salmista aquí expresa su profunda tristeza. Había enfrentado tiempos de persecución y temía por su vida. Experimentó la soledad, el rechazo y el abandono. En estas circunstancias dirige su atención a la Palabra de Dios. Solo la Palabra es guía infalible, donde el alma angustiada encontrará consuelo en las maravillosas promesas de Dios. 
  • Salmos 119:25-32: Todos los días, y no solo cuando nos presentamos por primera vez ante Dios, deberíamos confesar nuestros pecados. Tomar un momento para examinar nuestras acciones  y responder afirmativamente a la pregunta: ¿He declarado mis caminos al Señor? Con reverencia y confianza podemos venir al trono de la gracia y exponer nuestros caminos a Dios sabiendo que Él es paciente y misericordioso, no solo para perdonarnos, sino para reorientar nuestras inclinaciones y nuestros afectos, y guiarnos por caminos de rectitud. 
  • Salmos 119:33-40: El salmista ruega a Dios por guía y dirección para entender y poner en práctica sus enseñanzas y, de esta manera, ser librado de la necedad del mundo. El salmista ha llegado a comprender que hacer la voluntad de Dios, expresada en su Palabra, es el único camino a la verdadera felicidad. Cada mañana junto al salmista podemos decir con confianza a Dios: “Haz que mi corazón prefiera tus mandatos”.
  • Salmos 119:41-48: La libertad viene a través de la obediencia a la Palabra de Dios. Por el contrario, la desobediencia (rechazo de la palabra de Dios) conduce hacia la esclavitud. Todos aquellos que han creído el mensaje del evangelio disfrutan de una verdadera libertad. Hoy,  podemos aprovechar esa libertad para hablar de Jesús, con valentía y denuedo, a un mundo que lo necesita.
  • Salmos 119:49-56: El salmista reconoce en esta sección que la Palabra de Dios fue su aliento en el tiempo de aflicción ¡No es posible que Dios olvide sus promesas! Hoy,  de la misma manera, el creyente puede confiar en el  poder de Dios.  En medio de la aflicción, podemos recibir el consuelo oportuno a través de la Palabra de Dios.

www.bible.com

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *